jueves, 26 de enero de 2012

Reseña “Las mejores alas”, Toño Malpica

Este libro se ha publicado en Ediciones Castillo y escrito por Toño Malpica. Toño Malpica es autor de los libros “Querido tigre Quezada” y “Ver pasar los patos”, aunque yo creo que este libro “Las mejores alas” es su mejor éxito. Su persnaje es Gus, un niño de la calle que como todos los niños tiene un sueño. Algunos niños, por ejemplo, quieren tener una pelota pero Gus no, él quería algo grande. El quería un avión, un F- 16 para ser más exactos, por eso ahorró lo más que pudo trabajando en la calle haciendo acrobacias y juntó 4 mil 765 pesos con 30 centavos. Pero sucedió una tragedia, su amiga (no les voy a decir su nombre para que lean la novela) se accidentó y Gus, triste, tuvo que tomar una decisión importante. Se preguntó: ¿qué vale más, un avión o una vida? Si quieren saber la respuesta, lean el libro que lo recomiendo a adultos y niños de nueve años en adelante. Este libro me gusto porque se trata de un niño que encuentra el tesoro más preciado y las alas que ni siquiera un gigante las podría destruir. Las alas del corazón son las mejores alas.

lunes, 9 de enero de 2012

Patín verdaderamente del diablo

Ayer yo invité a un amigo de mi escuela llamado Sam. Resulta que él se trajo su patin del diablo y como yo tenia uno igual nos fuimos al parque para andar un poco. Yo le enseñé a Sam que podía brincar 2 escalones, él lo intentó pero yo veia que cuando procedia hasta los escalones se ponía pálido, entonces al final le dije ¡miedoso! pero él me respondió "lo haré mas tarde". Más tarde en el día, bajamos por una bajada y me dijo "a que yo puedo brincar ese escalón" lo mismo pasó que cuando los primeros dos escalones. Pero después me dijo "a que no brincas esta alcantarilla" pero sí la brinque (afortunadamente), después subimos una subida que parecia interminable pero llegamos hasta arriba y mi amigo me dijo "a que no brincas esta alcantarilla"... dije "sí la voy a brincar"... Cuando bajé la bajada iba tan rápido que no alcance a ver la alcantarilla brinque un poco temprano y ¡zaz!!!! tan rápido como la luz o más rápido... y ¡zaaaaaz! se atoró mi llanta de atrás y me fui para el manublio que por cierto estaba tan fuerte como terminator, resulta que me fui para el manublio y ¡poc!!! me pegué en la quijada... tenia ganas de llorar pero no me gusta llorar me hice como si nada... me reía, pero me dieron ganas de vomitar porque además del dolor se me vino el pensamiento de que quizá me había noqueado, como los boxeadores cuando los golpean en la quijada por eso yo le supliqué a Sam "vamos a la casa" y me respondió "hay que quedarnos aqui" y le dije por octava vez "vámonos ya" y nos fuimos, a partir de ahi las horas se me hicieron lentas, ya quería que se fuera mi amigo para poder llorar.