sábado, 18 de enero de 2020

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Todos los atardeceres me recuerdan a ti. Todos, sin excepción, me recuerdan a ti. Entre más bonito el atardecer,apareces más vívida en mi recuerdo a pesar de sólo haberte visto un par de veces. Es curioso como el recuerdo puede sentirse tan real cuando me dejo llevar, para que después, note mi divagación y vuelva a la  realidad en la que tú no estás aquí conmigo. He comenzado a estudiar la pieza “Un atardecer” que compuso mi maestro, solo para darme cuenta que también me recuerda a ti, pero de una manera distinta. Ver el atardecer es como verte a ti, pero sin escucharte. Y tocar “Un atardecer” es como escucharte y sentir tu presencia, pero sin verte. Hoy toque “Un atardecer” mientras que el sol me iluminaba con sus últimos rayos, cerré los ojos y pude verte, y sentir tu presencia, y escucharte, para que después, al oscurecer y sonar la última nota, abriese los ojos y tu ya no estuvieras conmigo.