sábado, 26 de noviembre de 2011

despedida del tigre

El día llegó. Mi papá me llevó a la escuela como suele a veces hacerlo pero ese día era especial, mi papá se iba a ir a México. Me llevo a la escuela junto con mi mamá y mi hermana. Cuando llegamos y me dijo adiós sentía que había un tsunami en mis ojos pero no le demostré que estaba triste, no podía, me daría mucha pena así que me aguante a llorar mares de mis ojos. Sentía que el mundo llegaba a su fin. Sí, era el dos mil once pero se sentía el dos mil doce, como la gente dice que en ese año se acabará el mundo, pero a mí se me estaba acabando esa mañana siendo sincero. Levante la mochila, me la puse en el hombro, abrí la puerta tan fuerte como un tornado, puse mi pie en el concreto de la calle y le regalé un abrazo fuerte a mi papá como lo hace una noche si y una no con mi hermana, mi hermana le suele decir: “un abrazo mas, ándale papi” pero cuando lo abraza ya no se suelta. Así le hice yo, lo abracé y me le quedé pegado como garrapata, le dije el último adiós y me metí como cielo gris a la escuela. TE AMO PAPÁ.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hijo escribes muy bonito ¡te felicito! tú abuelito Roberto y yo quisieramos darte un abrazo igual.

Héctor Guedea dijo...

Bruno, quiero felicitarte, te estás convirtiendo en un excelente escritor. Oye garrapata, usted chille, dijeran por ahí: "no hay pedo". Acá ya los estamos esperando (Kiki, Güera y tú), abrazos!!.

Anónimo dijo...

Mijooooo! He compadrillo que bonito escribes!

Apuesto a que sabes quien soy

Sofia dijo...

ay que triste. pero estan separaciones despues pasan.